PARROQUIA SANTA LUCÍA

-PADRES AGUSTINOS-

HORARIOS DE LA SANTA MISA

Lunes a Viernes

7:00 a.m.    12:00m

5:00 p.m.   6:30 p.m.

Sábado

7:00 a.m.    12:00m

3:00 p.m.   5:00 p.m.   

6:30 p.m.

Domingo

5:30a.m.    7:00 a.m.

9:00 a.m.  10:30a.m.  

12:00m.     5:00 p.m.   6:30 p.m.   

CONFESIONES

Lunes a Viernes

7:00 a.m.    12:00m

5:00 p.m.   

Domingo

Durante todas las misas. 

HORARIOS DESPACHO PARROQUIAL

Lunes a Viernes

8:00 a.m.  a  12:00m

2:00 p.m.  5:00 p.m.

Sábado

8:00 a.m.  a  12:00m

ORATORIO PARROQUIAL NUESTRA SRA. DEL BUEN CONSEJO

Todos los días 
7:00 a.m.  a  7:00p.m.

EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO
EN EL TEMPLO

Lunes a Viernes

8:00 a.m.  a  12:00m

CELEBRACIONES ESPECIALES

TODOS LOS LUNES
Oración al Señor de la Vida 6:00pm
TODOS LOS 14 DE CADA MES
Misa del Señor de los Milagros
3:00pm

26 de abril
Nuestra señora del Buen Consejo

22 de mayo
Santa Rita de Cascia – Abogada de los casos imposibles

28 de agosto
Fiesta copatronal de San Agustín

10 de septiembre
San Nicolás de Tolentino – Patrono almas del purgatorio

13 de diciembre
Fiesta patronal de Santa Lucía

Parroquia Santa Lucía, celebraciones especiales

HISTORIA Y MISIÓN

La Parroquia de Santa Lucía en Chía tiene raíces que se remontan a tiempos de la colonia, hacia el año 1538.

La región, conocida como «ciudad de la Luna,» tenía un pasado oscuro donde las crónicas hablaban de sacrificios de niñas vírgenes a dioses paganos. Sin embargo, con la consagración de la ciudad de la Luna a la Virgen María, también se dedicó el templo católico a Santa Lucía, una virgen y mártir romana del siglo IV.

Los primeros registros parroquiales datan de 1720, cuando el Fray Sebastián Lancheros se encargó de la doctrina.

En 1962, los agustinos asumieron la parroquia de Santa Lucía de Chía por encomienda a perpetuidad de la Santa Sede, con los mismos privilegios que habían tenido en la Parroquia de Nuestra Señora del Rosario en Facatativá, que cedieron en permuta cuando se creó la diócesis de Facatativá.

Esto en reconocimiento por los esfuerzos de la Orden de San Agustín en la evangelización de toda la región desde la época colonial.

Parroquia Santa Lucía, desde 1962

Los párrocos agustinos en su orden han sido:

NUESTRO TEMPLO

La iglesia de Santa Lucía se encuentra en el corazón del municipio de Chía, y su arquitectura republicana es un testimonio de la fe católica en la región. El edificio presenta una fachada con tres puertas, un atrio y una torre central con reloj y campanario. 

En su interior, la iglesia consta de tres naves, con la nave central más alta que las laterales, y una bóveda de cañón. Doce columnas representan a los apóstoles, mientras que cuatro columnas adicionales representan a los evangelistas. 

El retablo principal, el gran altar monolítico y el ambón se encuentran en el ábside. La iglesia alberga hermosas imágenes religiosas, como Santa Lucía, la Inmaculada, San José, el Sagrado Corazón, San Agustín y otros santos.

En la sacristía, se encuentra un valioso Cristo español donado recientemente, junto con cuadros de San Agustín y Santa Mónica. También se destacan las vidrieras de santos agustinos y otros vitrales que enriquecen la experiencia espiritual.

La Parroquia Santa Lucía, dentro de la jurisdicción de la Diócesis de Zipaquirá, mantiene una intensa vida pastoral, ofreciendo misas diarias y confesiones, y abriendo el templo desde temprano hasta tarde para la adoración y oración. Además, la parroquia realiza vigilias eucarísticas, bendiciones de objetos piadosos y diversas actividades devocionales.

La catequesis es una parte esencial de la vida parroquial, con numerosos catequistas que enseñan a niños, jóvenes y adultos. Además de las catequesis, la parroquia ofrece cursos cortos, formación para grupos pastorales y apoyo a movimientos eclesiales. Los padres agustinos también atienden capellanías en el Hospital San Antonio, el Ancianato San Rafael, el Cementerio Parroquial Santa Lucía y el Santuario de la Virgen de la Valvanera.

La misión de la Parroquia Santa Lucía incluye mantener y fortalecer la santificación de su comunidad mediante el culto divino y el acceso a los sacramentos, ampliar la participación activa de los fieles y su correspondiente evangelización y formación y continuar ofreciendo un servicio de caridad a toda la comunidad.

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